martes, 3 de mayo de 2011

Tener muchos hijos: la mejor inversión de los abuelos

El pasado  mes de marzo el presidente de la república, Juan Manuel Santos, presentó el proyecto de Reforma para la Ley 30 de Educación Superior, una reforma ambiciosa pues,  entre sus propuestas hay varios puntos con los que busca mejorar el problema de la Educación Superior en el País.

La Reforma plantea la inclusión de capital privado en los aportes del Estado la Educación Pública (Artículo 111), por otra parte pretende crear Instituciones de Educación Superior con ánimo de lucro, más empresa privada para aportar a la educación, pues estas tendrían que entregar a cambio becas para personas de escasos recursos. Su aporte como sector privado. Por ahora, el Estado, de la mano con la DIAN, como dice nuestro presidente “estudian la viabilidad de un esquema similar, para que las instituciones con ánimo de lucro reciban beneficios tributarios a cambio de aportes a los fondos de becas de Icetex.

Esto me recuerda la época de mis abuelos, donde tener hijos era la mejor inversión. Los padres daban educación, vestido y comida, con la concepción de que los ‘muchachitos’ al crecer retribuirían dicha inversión. Una forma de asegurar la vejez, algo así como una pensión, que en su época no existía, pues alguno de tantos hijos sería el que los mantendría.

De igual forma pasa con este intento de inversión privada en la Educación Pública, nadie invierte sin recibir nada a cambio -“Nada es gratis en la vida"- le decía la abuela a mi papá. Y como los abuelos, los empresarios a futuro exigirán de una u otra forma que se les devuelva el dinero, lo que pone en juego la Autonomía Universitaria. La Empresa Privada podría estar presente hasta en el pensum académico, por que si en Investigación I, algún alumno desea tratar el tema de la seguridad social o el abuso de poder, a ningún Gerente le convendrá publicarlo, esto acabaría con al imagen de su empresa, entonces saldrá de concurso la materia.

Por otro lado, que las dichosas becas y préstamos de carácter condonables no sean una trampa más a través del ICETEX, no sea que nos pasé lo que a mi amigo David, que no le prestaron para estudiar en la Fuerza Áerea, por ser un oficio de riesgo, donde llegando a ocurrir una calamidad era una platica no recuperada. Ante lo cual, no le quedo más remedio que estudiar otra cosa, y hoy en día debe tanto gracias a los dichosos intereses y a la falta de respeto por lo pactado por parte de la entidad, que con esa misma plata que aún está pagando, hace rato de Piloto se hubiera graduado. Ojalá no sea otro gol más para tener al pobre más ahorcado y al rico más acomodado.

Muchos aún no saben ‘que les corre pierna arriba’, pues aún no hay propuestas sobre la reforma, los estudiantes no la conocen y de esta manera es imposible entrar a discutir un tema del que parte de la comunidad estudiantil no conoce. Es aceptar a ojo cerrado el proyecto.

Qué tan cara nos saldrá la ‘aguadepanela’ que nos da ‘papá Estado’ a los que ahora estudiamos, pues, de ser aprobada la ley, por esos políticos por los que votamos para que defendieran la integridad ciudadana; la Educación Superior, que medianamente se nos garantiza, como derecho fundamental contemplado en la Constitución Política de 1991, ya no existirá más. Se abrirían muchos cupos para estudiar, a altos costos, con baja calidad, pues las empresas no producen para mejorar la calidad sino para mejorar la cantidad. Puro Marketing aplicado.

¿Será que nuestro Presidente piensa igual que sus abuelos? Muchos hijos como su mejor inversión. Estudiantes formados al bulto y retribuyendo con creces su formación.

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