jueves, 13 de mayo de 2010

¡Allá no llega Dios por lejos!

Por: Maria Eliza Jaramillo

“El sector de La Honda y La Cruz, de la zona nororiental de Medellín, una comunidad casi abandonada por algunos entes gubernamentales, que cada día lucha con una problemática diferente, ha logrado que la educación sea una prioridad para sus niños y jóvenes; y un medio de desarrollo para el barrio de la mano de corporaciones sin ánimo de lucro y personas de buen corazón que desean ayudar a construir futuro desde las letras, los ritmos, los deportes y el amor.”
              Colegio Luz De Oriente, Sector La Honda y La Cruz,     
          Comuna 3. Zona Nororiental, Medellín.                        
      Fotografía: Jota Hernandez                                

“¡Allá no llega Dios por lejos!” pienso mientras la buseta sube por las estrechas y empinadas calles, por las que solo cabe un carro; a lado y lado como amparando la vía, se alzan las paredes en tabla o en obra negra de las casas de un sector casi olvidado por la alcaldía municipal: El sector de la Honda y La Cruz, ubicado en la comuna 3, en la parte alta de la zona nororiental de Medellín.
Llegamos a un plan; donde hacen su última parada los vehículos de transporte público y por encima se abre paso un tramo de carretera destapada y pendiente que conduce a una mole color verde chillón; que imponente en aquella montaña casi vecina de Santa Helena, representa al “Colegio Luz de Oriente” única alternativa de educación de la comunidad. En éste espacio hoy se lleva a cabo una jornada de carácter recreativo, cultural y social con la gente que la habita.

Me acerco a uno de los habitantes del barrio; que se encarga de controlar el paso al escenario, para que me ayude a ubicar los líderes y así investigar sobre la historia del desarrollo educativo del barrio. Me Contacta con Doña Amparo Higuita, una de las primeras habitantes.
La señora me saluda. Empiezo diciéndole que soy una estudiante de primer semestre de Periodismo de la Universidad de Antioquia y que deseo hacer un reportaje sobre la educación en el sector. Ella entre desconfiada y penosa, cruza los brazos con ese gesto en la cara de alguien que recuerda algo y empieza a contarme: "Éramos 16 familias; desplazados de varias partes del departamento. Llegamos hace 11 años. En esa época todo era manga y cafetal. No teníamos baños, ni agua, ni luz. Nos organizamos en subcomités para trabajar y mejorar éstas condiciones. Conforme fue creciendo el barrio vimos la necesidad de la educación para los niños y jóvenes.
Los líderes de entonces; Jorge Cardona y Mauricio Sánchez, trajeron a Don Héctor Macías, un señor que no había terminado la universidad pero que quiso aportarnos dando clases a nuestro "pelaos". Al principio eran 30 estudiando al sol y al agua. Después nos regalaron unas estibas, de esas de Sofasa y con eso hicimos un “rancho”. Durante dos años Don Héctor fue el profesor y el “rancho” de estibas la escuela.”
La Corporación Gente Unida llegó a través del Padre Jorge Villalobos y en compañía de los líderes de la época hicieron gestiones y consiguieron materiales para la construcción del colegio, los habitantes del sector ayudaron con trabajo y así se logro levantar un bloque de 8 aulas con capacidad para albergar a unos 800 estudiantes.
Luego el señor del cordón de seguridad me contacta con el Presidente de la Junta de Acción Comunal. Fernando Lozano Porras. Le “echo el cuento otra vez” de la entrevista a mi nuevo interlocutor y nos paramos en un muro a conversar. Una brisita fresca y el soleado panorama de la ciudad anteceden la conversación.
“El bloque nuevo del colegio es una iniciativa de la Corporación Gente Unida y el Padre Villalobos, tiene capacidad para unos 1.800 a 2.000 alumnos. Su construcción se dio hace dos o tres años.” Este cuenta con diecinueve aulas de estudio, un aula de sistemas dotada con veinte computadores, una biblioteca, dos canchas deportivas, laboratorios de química y física, dos áreas para el restaurante estudiantil, un auditorio, una sala de proyecciones, y un salón de música. “De éste han salido tres promociones de bachilleres y esperamos que sean muchas más.”
Le pregunto sí hay jóvenes universitarios producto de esas promociones a lo cual contesta: “En 2.007, una encuesta hecha por la Acción Comunal en apoyo con Organismos de la Unión Europea y la Universidad del Rosario, mostró que solo una persona tenía educación superior. Surgió una nueva necesidad; la universidad. Pero no teníamos ni luz, ni teléfonos, mucho menos Internet, muy poco acceso a la información. Entonces Gente Unida se contacto con la Fundación Imaginación; ellos gestionaron con ayuda del municipio la instalación de Servicio Públicos en una sede que pusieron en el sector.”
Con el aval del SENA; comenzó a funcionar ésta sede, con Programas como: Técnicos en sistemas y Técnico en asistencia infantil para los bachilleres y Cursos de Ingles y sistemas para la comunidad en general. Tienen un programa de alfabetización que cuenta con 120 personas; reciben clases en El templo-comedor, La Escuela Altos de la Cruz y próximamente adecuaran un salón el sector 2 de La Honda.
Hace 11 años 30 alumnos fueron la motivación de una pequeña comunidad para emprender el camino hacia la educación para un futuro mejor, hoy en día son alrededor de 1.600 los que tienen mayores oportunidades en materia educativa como la media técnica en contabilidad que les ofrece el colegio y su complementación con el SENA, las clases de música de Batuta, los grupos de danzas con Imagineros, escuelas deportivas de la mano del INDER y las becas para educación superior auspiciadas por Fundación Berta Martínez. Adicional a esto están los programas de alimentación y protección del bienestar infantil como: Fundación Proniño, Buen Comienzo y Restaurante Escolar; que velan por un buen desarrollo de los niños y jóvenes del Colegio Luz De Oriente.

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