jueves, 26 de julio de 2012

Buena Vista... y yo con astigmatismo

¡Sí señor!, suena Héctor Lavoe, desde la calle puede oírse, "dices que me quieres, se que no puede ser... pero cuando tú me besas te lo vuelvo a creer...", una llovizna leve, nada de que preocuparse, no si vas pa'dentro. Las escalas negras y el nombre inscrito no muy grande en la entrada "Buena Vista"... irónico, yo con este astigmatismo... pero lejos de eso, es por el grupo, digo yo... y es lo más seguro, y si digo que es seguro que el nombre es por Buena Vista Social Club, es porque es así.

Subimos las escalas, entrando a mano izquierda la barra, a mano derecha un saloncillo, con ambiente de cuchitril, mesas de madera y sillas de esas que son de cuero de vaca, o caballo, o camello, ¡qué sé yo!... cuadros de salseros y la luz tenue, pero útil para los que, como yo, no ven. Junto a la barra un cristal opaco, la entrada a otra dimensión, un patio pequeño con piedras y un poco de verde, las escalas de color negro, la subida triunfal a la terraza más llamativa que puede tener "El Lleras". De entrada te recibe la barra, con un tipo alto, muy alto, tan alto, que ni acordándome lo alcanzo; una barra amplia y a mano derecha la terraza, cubierta claro, esa llovizna no dejaría disfrutar nada allí... "yo no me como ese pescao así sea del Chocó, ese pescao envenenao, ese no lo como yo"... inevitable mover la nalguita, lo reconozco... ese grupo es muy bueno... y es de acá, sorprendente, pero bueno, no soy crítico musical.
Contra la pared del frente, una especie de plataforma con cojines para sentarse y carretas de esas de EPM, enormes de madera, donde enredan el cable de alta, usadas como mesa, empiezo con un menjurje raro de vino con fruticas... rico, la verdad. Este man es teso para los cócteles. Sobre nosotros, luces navideñas rojas, van por el borde del techo y en frente, mesas de playa, con sillas bajitas componen el espacio, la gente no es mucha, es Jueves. Pasamos de Chocquibtown a un Hip Hop que no conozco, pero tiene ritmo, luego los Beasty Boys. La noche sigue, la lluvia no para, el trago tampoco, así que me pido el mendigo Daikirí que desde hace días estoy antojada, de fresa claro, una niña toma fresas... bueno como sea, no soy tan niña, pero tomo fresas... la música se va atenuando hasta cambiarse por Daft Punk "Da funk "... Dirty Vegas, Stardust, Stereo MC's, R.E.M, Moby, Depeche Mode, todo hasta llegar a lo más desconocido para algunos del público Jamie Lidell "Figured Me Out"... La música va y viene, entre subida hasta la rumba y bajada hasta lo más porno, no me pregunten, no recuerdo todo lo que oí allí. Mejor me pido otro: Un Kaipiroska de Maracuyá.
Aunque no es para rumbear, la música incita a la fiesta, a llenarse de cócteles y cervezas, a fumarse un cigarrillo sentado lejos de que molesten; desde que dejé Bantú y el Eslabón, no había encontrado un sitio más acogedor que Buena Vista, irónicamente en la "Zona Rosa", pero que está lejos de estar lleno de niños "opulentes" que guardan la mesada o deja de comer para gastarse la plata en este punto de la ciudad, lejos de las mujeres de tacones altos y escote pronunciado, lejos de la camioneta o el man con cara de traqueto, del pobre resucitado que guarda todo el mes para cachonearse por allá ( no falta el que lo haga), y de aquel o aquella que solo sale en busca de quien le regale o a quien gorrearle un trago... ¡Sí!, buena vista tiene ese ambiente relajado, ese que dice ¡Fúmate un porro!, ¡Tómate una cerveza!. ¡Échate un guaro!, ¡Besa a la chica!, ¡No me jodás cabrón!.
Bueno aquí, obvio, la gente no viene tan mal vestida, aunque puede hacerlo, no hay letreros pendejos de "Nos reservamos el derecho de admisión", "No se permite el ingreso en pantaloneta, shorts, mochos, etc", "Si tiene cara de pobre, no arrime". No, este sitio carga su magia, su son, su sabor... la mística o ese "No se qué" que ya no tienen los bares... bueno, no todos... conozco otro, tal vez dos más, en "El Lleras" con ese gusto y ese sabor de pueblo, de ser común, de ser corriente, de ser normal, de ser gente. No de ser otro muñequito del panorama "Cosmopolita" de la ciudad. El último trago de mi Kaipiroska , nos quitan la música y las normas de la rumba nocturna nos cierra el bar. Ah sí, no iba sola, creo que el amigo que me acompañaba, piensa lo mismo que yo, es una putería este lugar... la verdad no le di el protagónico en esta historia, por que el bar se lo llevó.

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